TRASPLANTE

Aunque tampoco es una curación, el trasplante es el tratamiento más deseable cuando es posible realizarlo.

Consiste en injertar un riñón sano de una persona a otra persona a quien ya no le funcionan los propios. Habitualmente no se extrae ninguno de los riñones enfermos del paciente. El nuevo riñón se injerta dentro del abdomen a uno de los lados, en la denominada fosa iliaca.

España es el país del mundo donde se realizan más donaciones de órganos. El médico hará una evaluación completa al paciente para determinar si es candidato al trasplante y qué características tiene que tener el riñón a trasplantar.