TRASPLANTE
Aunque tampoco es una curación, el trasplante es el tratamiento más deseable cuando es posible realizarlo.
Consiste en injertar un riñón sano de una persona a otra persona a quien ya no le funcionan los propios. Habitualmente no se extrae ninguno de los riñones enfermos del paciente. El nuevo riñón se injerta dentro del abdomen a uno de los lados, en la denominada fosa iliaca.
- Los riñones pueden provenir de un donante vivo o cadáver.
- Los donantes vivos son personas que dan un riñón quedando con uno solo con el que pueden llevar una vida normal. Los donantes son personas que están vinculadas con el paciente a nivel familiar (padres, hermanos, pareja o cónyuge... ) o bien otra personas que demuestre que no le mueve ningún interés que no sea la solidaridad con el paciente.
- Los donantes cadáver, normalmente estos donantes, una vez diagnosticada la muerte cerebral, se mantienen sus constantes vitales hasta el momento de la extracción. También se pueden hacer transplantes de donantes con corazón parado, aunque son muy pocos comunes.
España es el país del mundo donde se realizan más donaciones de órganos. El médico hará una evaluación completa al paciente para determinar si es candidato al trasplante y qué características tiene que tener el riñón a trasplantar.