LA FÍSTULA

Es muy probable que durante esta primera fase, el nefrólogo proponga la realización de una fístula. Ésta es imprescindible para la hemodiálisis, y se tiene que realizar unos meses antes de empezar el tratamiento.

Consiste en la unión de una vena y una arteria del brazo para poder realizar mejor la hemodiálisis. Con esta unión la sangre sale con la fuerza y volumen necesarios para poder realizar correctamente su filtración.

La fístula se realiza a través de una sencilla intervención quirúrgica con anestesia local que no requiere hospitalización. Normalmente se realiza en el brazo no dominante (el derecho si se es zurdo, o el izquierdo si se es diestro). Se podrá empezar a utilizar la fístula después de un tiempo. Para facilitar el buen funcionamiento de la fístula es conveniente realizar ejercicios con la mano comprimiendo una pelota de goma. Es fundamental llevar un buen cuidado de la fístula para asegurar su duración. Una fístula bien hecha y bien tratada puede durar más de diez años. Por esto es fundamental seguir las siguientes pautas.

En caso de que la fístula sangre, se tiene que presionar el punto donde sangra con una gasa o con el dedo durante unos minutos, hasta que deje de sangrar. Nunca se debe poner una toalla, pues lo único que hace es empaparse de sangre, pudiendo perder gran cantidad de sangre (con riesgo de desangrarse).

En caso de que se noten anomalías en el funcionamiento de la fístula se debe ir inmediatamente al hospital.